¿Cómo refuerza el ejercicio el sistema inmunitario?

¿Cómo afecta el ejercicio al sistema inmunitario?

Piense en el ejercicio como una forma de fortalecer TODO el cuerpo, no sólo los músculos y las articulaciones. Cuando te sometes a situaciones o entornos difíciles, obligas a tu cuerpo a adaptarse. El ejercicio tiene la capacidad de influir en el sistema inmunitario a través de diferentes vías. Los siguientes son ejemplos destacados de cómo el sistema inmunitario se ve directamente afectado por el ejercicio.

Aumento del flujo sanguíneo

Esto aumenta la distribución de nutrientes esenciales por el organismo. Una persona bien alimentada está en mejores condiciones para combatir con éxito las bacterias y los virus.

Ayuda a eliminar las bacterias de las vías respiratorias

El ejercicio obliga a elevar la frecuencia cardiaca y respiratoria. A medida que se utiliza la energía, se necesita oxígeno para mantener los músculos y los órganos bien alimentados. A menudo, cuando se fuerza el aumento de la frecuencia respiratoria, puede ayudar a despejar las vías respiratorias. Esto puede ser muy importante para limitar el riesgo de contraer enfermedades de las vías respiratorias altas, como la gripe y el resfriado.

Temperatura corporal elevada

Piense en esto casi como tener fiebre. La fiebre es el resultado de la elevación de la temperatura corporal para combatir la infección. Si la forma de ejercicio es lo suficientemente vigorosa, la temperatura central del cuerpo aumenta y puede proporcionar un efecto similar al ayudar al cuerpo a deshacerse de cualquier invasor extraño. Si ya estás enfermo y presentas síntomas, puede ser mejor reducir la intensidad o incluso tomarte unos días de descanso.

Refuerza los anticuerpos para ayudar a combatir las infecciones

El ejercicio no sólo puede ayudar al sistema inmunitario a aumentar su tasa de respuesta a las enfermedades, sino que también puede aumentar su respuesta a las lesiones. De este modo, el organismo está en mejores condiciones para luchar más rápidamente contra las enfermedades, pero también para recuperarse de una lesión o de tejidos dañados.

Reducción de las hormonas del estrés

El ejercicio es una excelente forma de canalizar el estrés crónico. El estrés crónico puede provocar, entre otras cosas, un aumento de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial. Cuando el organismo está centrado en averiguar cómo gestionar el estrés, a veces no puede dedicar los recursos necesarios para luchar continuamente contra los invasores extraños.

Reducción de la inflamación

La inflamación nunca es buena. El ejercicio puede ayudar al cuerpo a eliminar las toxinas a un ritmo más rápido y mejorar ciertas áreas del cuerpo que podrían estar contribuyendo a la inflamación generalizada, como la mejora del metabolismo y la mejora de la digestión.